25 de xullo
Uno no escoge donde nace. Me considero afortunada por haber nacido en Galicia. Por tener como tierra un lugar con cultura y arraigo.
Soy de un pueblo de emigrantes. Tenemos en el ADN la morriña, ahora tan presente en el imaginario colectivo de una forma demasiado romantizada. La morriña por la tierra habla de la necesidad histórica de emigrar, de personas trabajadoras y valientes que se iban lejos de sus raíces para garantizar que sus familias pudiesen seguir adelante. La morriña es dolor en el pecho. En ningún lado como en casa pero nosotros siempre fuera.
Criada en tierra meiga, en suelo fértil y mar bravo. Tardé cinco años en tener la valentía de empadronarme en Madrid y por un fallo del sistema en mi DNI nunca ha dejado de poner Vigo como lugar de residencia. Viguesa desde el día en que nací. He podido cambiarlo pero he elegido no hacerlo.
Antón y yo tenemos algo en común. En nuestro imaginario el Rande como icono. Una megaconstrucción que pregona que has llegado a casa. Lo he fotografiado por tierra, mar y aire. “Mamá, ya veo Rande, ya llego.” Con el primer cantar de las Lagharteiras exploté a llorar. Cerrar los ojos y concentrarse en esas voces sacadas desde las entrañas solo acompañadas por un par de panderetas. Nada igual en el mundo. Ha creado un himno pero no para el Celta. Galicia como escudo no peito.
Echo de menos mi casa. Soy una versión descafeinada de aquellos antepasados emigrantes a los que el mundo se les hacía eterno cuando partían hacía Venezuela, Argentina, Suiza o Francia. Este verano en el que estoy atrapada literalmente en esta isla por trabajo siento que no he tenido mejores estíos que los últimos que pasamos en Vigo. Necesito que anochezca a las 23:00 y ponerme una chaqueta siempre para cenar. Ver caer el mar en las Cíes y comer un cocido del Barcelona en agosto. Echo de menos las xoubiñas de mi madre, las nécoras de la Mina y los chinchos de Rosa. Ojalá estar con Manu, Javi y Silvia tomando una cerveza en las escaleras de la Colegiata. Uno siempre quiere lo que tiene. ¿Volveré a casa pronto? Seguramente, pero todavía no para quedarme. Galicia siempre conmigo. Aunque una cosa tuvimos siempre todos clara al partir: “a morrer volveremos á terra que nos veu nacer”.
En Mallorca, a 25 de Julio del 2023.