El verdadero amor.
A. y E. son dos iniciales que, desde pequeña, he visto en toallas, sábanas y manteles. E. las bordaba a máquina para regalárselas a A. Ahora están en mi casa y no puedo imaginar una muestra de amor mayor.
A. y E. fueron quienes me enseñaron lo que es el verdadero amor. El amor altruista, con respeto, con espacio, con admiración y, por suerte, el amor correspondido. El amor entre ellos y hacia mí. Cuando solo quedaba A. tuve la lucidez de entender que nadie me volvería a mirar como lo hacía él y , por ello, cada vez que nos veíamos trataba de retener en mi memoria ese brillo en su mirada mientras la clavaba en mis ojos. Ese instante en el que a ambos se nos paraba el corazón de tanto querer.
A. y E. se querían tanto que cuando E. se fue A. empezó a marchitarse de pena pero nuestro amor era tan sólido que cuando la demencia le borró todo no fue capaz de borrarle esa mirada cuando yo llegaba. Desde que A. se fue con E. nadie me miró igual, y por mucho que lo eche de menos, que no haya vuelto a suceder lo hace más de verdad.
Para A. y E. ellos fueron las personas que me enseñaron a andar, a comer, a nadar, a coser…pero yo creo que nunca se pararon a pensar que el mejor aprendizaje que me dieron fue entender que la sangre no hace familia y que no hay vínculo mayor a otra persona que el amor. Nosotros no teníamos el mismo apellido, ni pertenecíamos al mismo árbol genealógico, ni tampoco corría por nuestras venas la misma sangre. No hizo falta. No hace falta.
El amor, por suerte, es otra cosa.
Tras hablar con el corazón me cuesta poder recomendar algo que esté a la altura. Aquí va una lista de cosas con amor:
Nuevo verano de Amaia porque habla del amor y de que se acaba el verano y no va a volver.
La playa de As Sinas en Vilanova de Arousa, donde aprendí a nadar.
El Mikolápiz que me compraban después.
El croissant de praliné de La Duquesita por haberme recompuesto el corazón tantas veces.
Verré Volé en París porque París es la ciudad del amor, la comida es otro gran amor verdadero y yo estoy deseando ir a ese colmado con mi amor.
Otra vez más, la pizza de jamón de Mou, esta vez porque era su favorita.
La nueva temporada de Sex Education porque el amor y el sexo avanzan.
Los zuecos de Miista porque me recuerdan a los que me regalaban de pequeña.
La protectora Bai Senpulgas porque fueron quienes rescataron a otro amor de mi vida y siempre necesitan ayuda para seguir haciéndolo.
A. y E., gracias. Lo volvería a hacer.