Up to you.
Mis amigas están embarazadas. Así, en plural. Como el año que nos hicieron a todas la Primera Comunión. No me imagino nadie mejor que mis amigas para traer a alguien nuevo a este mundo pero este año, en consecuencia, yo empiezo a sentirme un poco Katherine Heigl en 27 Vestidos (solo buenas referencias). Sé que no te gustan los niños, me dicen, pero estoy embarazada. Los niños no son como los brioches, no tienen que gustarme porque no voy a comérmelos. Van a ser los hijos de mis amigas y ¡cómo no voy a quererlos! Lo que yo vaya a hacer con mi útero en el futuro ya es otra cosa y es cosa mía. No tengo que posicionarme, y menos decidirlo, cada vez que alguien me ponga un bebé delante. ¡Qué difícil es, a veces, ya no ir en contra de lo establecido si no simplemente llegar a cuestionárselo!
Me planteo si tomamos realmente alguna decisión por nosotros mismos. La familia nos viene dada, las necesidades nos las generan las marcas, el contenido nos lo filtran, lo que consumimos lo decide la publicidad y, parece que ahora, los temas del destino se lo reparten entre el karma y el tarot. Para todo lo demás siempre estará la presión social. Da igual que hablemos de bebés o de vaqueros. La presión social toma por ti las decisiones de forma silenciosa e indolora. Es un duende que te susurra al oído. Por si estás perdida, en tema de vaqueros parece que tocan los de tiro medio y fit relajado. ¡No seas tú una descarriada como yo que se ha lanzado de lleno al tiro bajo de nuevo!
La presión social nos hace copias de un mismo cromo mucho más de lo que lo hace Zara pero ¡ay, qué fácil es dejarse llevar por la marea! Poner el modo automático y que el coche conduzca solo mientras tú te concentras en la música y el paisaje. Pensar por un mismo sin dejarse corromper es lo complejo. A estas alturas ya no sé si es lo complejo o si, a veces, roza lo absurdo. Tampoco puedes pasarte al otro extremo. Dios me libre de ir a contracorriente por norma. ¡Esa gente no tiene amigos! La justa medida la da pensar por uno mismo. Cuestionarse las cosas y no hacerlas por sistema. ¿Crees que hemos decidido nosotros solos dejar de comer Donuts para comer la versión sana hecha a base de frutas? ¿Ha sido cosa nuestra realmente lo de ponernos mascarillas con prints de animales los domingos para que nos reluzca más la cara? ¿Nos seguimos comprado casas porque le vemos todo el sentido? ¡jajajaja, pues claro que no!
“Up to you” me decía todo el tiempo Zach cuando fuimos a visitarlo por primera vez a New York. Ahí lo llevas. Me pregunto si yo decido las cosas por mi misma. Nunca pensé que fuese de esa gente que va en contra por sistema pero el histórico de mi vida refleja que muy con la corriente tampoco voy siempre. ¡Moderna! Ese insulto. En los últimos tiempos estoy comprendiendo que no soy tan moderna. Lo que me puede diferenciar es cuestionarme más las cosas. Y, a la vez, no necesitar verlas en mucha gente primero para saber que quiero tirar por ahí. Puede que lo segundo haga que lo primero sea más fácil. Si descubro las cosas antes de que lleguen al mainstream, todavía puedo sacar mis propias conclusiones y forjar una opinión virgen. A veces, le gano tiempo a la presión social. Cuando esto no pasa, como al resto de los mortales, me encanta ponerme el uniforme de cromo y pulsar el piloto automático. Comer bollos sin harina, usar wide legs y hacerme selfies con la mascarilla de oso. Velocidad crucero y de fondo sonando Novedades Carminha. Creo que esto último sí lo he decidido.
Aquí va un listado de cosas que he decidido por mi misma compartir este mes:
Que Dios reparta fuerte de Novedades Carminha. Antigua pero moderna encajaría más con estas letras pero habla mucho más de cuando yo he tomado mis propias decisiones este fragmento: “Solo hay que ver lo guapos que estáis, siempre viajando, qué bien lo pasáis ¿a qué coño os dedicáis?”
La preciosa cuenta de Instagram que hace homenaje a la escultora y ceramista Valentine Schlegel.
Los pantalones de patchwork de Del Carmen.
El mensaje de la abuela de Rosalía al final de G3 N15 porque esta semana entendí que nunca más volveré a ser nieta y porque, además, me parece un disco valiente donde la presión social no influyó.
Mallorca. Vivir en esta isla ha sido nuestra decisión y es mejor cuando la comparto.
Las flores comestible de la maravillosa @celineyrs que quiero probar a hacer.
P.D.: Tras haber escrito este texto me saltan constantemente anuncios de Clearblue en YouTube. La presión social tiene mil caras.